El objetivo es aumentar la competitividad y productividad de las empresas
El sector privado debe mantener una actitud proactiva para cambiar el discurso de “recuperación” por el de “generación y aprovechamiento de oportunidades”.
Por años la economía dominicana ha venido diversificándose, y creciendo a un ritmo más acelerado que la media de países de la región. El sector privado ha jugado un rol fundamental en este desempeño, aportando alrededor del 85 % del Producto Interno Bruto. En promedio de los últimos 5 años, el 87.7 % de inversión en el país ha sido privada.
También, es el mayor empleador del país. Según datos de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), en el mes de noviembre de 2021 contamos con 1,527,689 empleados, representando el 71 % del total de trabajadores del sector formal.
Es Importante resaltar, que el año 2021 el país tuvo cifras récord de exportaciones que ascendieron a US$11,831 millones. Esto como ejemplo de la resiliencia de nuestros sectores productivos, que aún en período de pandemia arrojó un crecimiento interanual de 20 % y 17 % en comparación con los años 2020 y 2019 respectivamente.
Según la DGII, el total de las recaudaciones en 2021 ascendió a RD$607,446.4 millones, siendo el sector privado el contribuyente. Esto representó un 25.7 % más que lo recaudado el año 2019, antes de la pandemia.
Contar con un empresariado nacional fuerte, como lo demuestran estos datos, es señal inequívoca de fortaleza económica y de progreso. Por eso entrevistamos a Cesar Dargam, VP ejecutivo del Consejo Nacional de la Empresa Privada Conep, quien destacó el papel del sector privado en el crecimiento de la República Dominicana durante los últimos años.
¿Cuáles son los retos y desafíos, en términos económicos, que el sector privado debe enfrentar en este 2022?
Iniciamos el año en un ambiente de incertidumbre enfrentando aún una pandemia que no cesa. A estos se suman efectos colaterales de alcance global, como interrupciones en la cadena logística, fluctuaciones en los precios de las materias primas e inflación en niveles anormales. El principal reto sigue siendo garantizar el control sanitario y tener sentido de oportunidad para poder implementar las medidas que permitan mitigar los efectos de la pandemia.
Sin embargo, el desempeño de nuestro país en el 2021, nos llena de optimismo de cara al 2022. El sector productivo ha ofrecido garantía de abastecimiento, y eso es importante. Se espera que éstas condiciones muestren una notable mejoría a partir del segundo semestre, según las estimaciones del Banco Central y los organismos internacionales.
Viendo el mediano y largo plazo, aumentar los niveles de competitividad del país y productividad de las empresas, deben seguir siendo objetivos estratégicos de primer orden.
Tomando en consideración el repunte del Covid-19, ¿cómo cree que esto afectará al sector privado dominicano y qué medidas están estudiando para manejar nuevas crisis?
Como sector privado desde el inicio hemos actuado de manera oportuna y responsable, siempre en colaboración con las autoridades para garantizar la salud de los dominicanos. Nuestras empresas han sido muy resilientes y nos hemos adaptado a los cambios en la dinámica laboral que se han requerido, lo que nos ha permitido responder con éxito a las demandas del mercado y hoy en día operar con cierta regularidad.
Durante las últimas semanas, se ha venido reduciendo el ausentismo laboral a causa del Covid-19. Si bien es cierto que los casos del Covid-19 han repuntado fruto de sus nuevas variantes, los niveles de hospitalización, atención crítica y la letalidad están dentro de un rango de control. Seguimos apoyando e incentivando el plan de vacunación, así como las medidas de distanciamiento y de cuidado personal.
¿Cuál considera usted que es el rol del sector privado como motor de crecimiento económico en la República Dominicana de cara al año que comienza? ¿Cómo ve el clima de inversión empresarial de este 2022?
Soy testigo del rol responsable y solidario que ha asumido el sector privado para enfrentar la pandemia, garantizar la salud y mantener la estabilidad. De cara al año que recién inicia, el sector privado debe mantener esta actitud, para cambiar el discurso de “recuperación” por el de “generación y aprovechamiento de oportunidades”.
Hemos visto flujos de inversión nacional y extranjera que han sido determinantes para el crecimiento económico que experimentamos el año 2021. En nuestro país existe un clima de confianza y de paz social, que sirve como referencia para el resto de los países de la región y debemos seguir trabajando para mantenerlo.
¿Cuáles son las iniciativas que el CONEP ha venido liderando y cuáles pondrá en práctica en este 2022 para impulsar a las PYMES, un sector muy importante del tejido empresarial dominicano?
Según las cifras de la TSS, el 85 % de las empresas formales en República Dominicana tiene menos de 15 empleados, y el 95 % tiene menos de 50 empleados. Sin lugar a dudas, el tejido empresarial de nuestro país está compuesto por micro, pequeñas y medianas empresas. Su valor es inmensurable, no solamente en términos económicos sino de alto impacto social.
Si bien es cierto que las Mipymes son ejemplo de emprendimiento e innovación, no menos cierto es que son mucho más vulnerables ante cambios abruptos de las condiciones del mercado como los que ha traído consigo el Covid-19. Es por esto que desde el CONEP hemos priorizado la atención a Mipymes dentro de las medidas para mitigar los efectos de la pandemia, incluyendo las facilidades que contribuyan a garantizar liquidez y continuidad de los negocios. Asimismo, en el 2021, logramos que el Comité Nacional de Salarios aplicara el ajuste salarial en función de la clasificación contenida en la Ley 187-17, considerando especialmente a las Mipymes.
Una tarea pendiente es lograr aumentar la formalidad de este sector, que hace algunos meses llegó a representar el 85 %. Debemos continuar los esfuerzos para lograr el crecimiento y permanencia de éstas empresas.
Con la mirada en el futuro, ¿Cuál considera usted que debe ser la apuesta del empresariado dominicano? ¿Dónde cree usted que están las nuevas oportunidades de desarrollo y crecimiento para el país?
He sido testigo del compromiso del empresariado dominicano con el desarrollo de su país. Esta visión conlleva no solamente la búsqueda de rendimiento de las inversiones, sino impacto directo en el bienestar de los dominicanos.
Definitivamente es momento de evaluar no solo las condiciones actuales del mercado, sino las proyecciones más allá de una coyuntura de incertidumbre como la que ha generado la pandemia. Reconocer la importancia de la innovación, y en consecuencia invertir en investigación y desarrollo. Sectores como el turismo, la minería, la industria, la construcción y los servicios, no solo proyectan buen desempeño sino que también ofrecen oportunidades para transformación y crecimiento.
La apuesta debe seguir siendo por la República Dominicana. Nuestra envidiable posición estratégica, combinada con estabilidad política, económica y social, se constituyen en ventajas estratégicas con respecto a otros países de la región.
Responsablemente, en varias oportunidades ha alzado su voz para hablar de la necesidad de disminuir la brecha social existente en el país. ¿Qué cree usted que debe hacerse en este sentido?
No podemos pensar en el desarrollo sostenible de nuestro país solo desde la dimensión económica, sin pensar en la dimensión social. Nuestro crecimiento debe impactar de manera positiva las condiciones de vida de todos los dominicanos.
Se hace imperante aunar esfuerzos públicos y privados que permitan producir reformas estructurales que han estado pendiente durante años. Me refiero a colocar como temas prioritarios en la agenda la educación, la salud, el empleo y la vivienda. La aspiración es que la aguja económica y social vaya en la misma dirección.