Hay que soñar y tener aspiraciones, pero es necesario tener un plan de vida y mucho esfuerzo
“Disfruto mucho mi trabajo porque la minería responsable que hacemos transforma vidas, implementamos proyectos sociales de gran impacto, al tiempo que hemos mejorado el medio ambiente en nuestra zona de influencia y contribuido significativamente con el desarrollo económico de mi país”, afirma Juana Bareló, CEO de Barrick Pueblo Viejo.
Madre de tres hijas, expresa que asumir una posición de liderazgo demanda ciertos sacrificios personales. “Me he perdido eventos familiares y actividades del colegio de mis hijas y hasta he tenido que cambiar fechas de celebraciones de cumpleaños”.
Para ella, el liderazgo femenino es el complemento que han necesitado, y que hoy día tienen, las empresas para lograr una transformación. “Aporta diversidad, eficiencia, una visión 360 grados, mayor empatía, búsqueda de consenso, fomenta la creatividad y complementa aquellas fortalezas que caracterizan a los hombres”.
“Tradicionalmente, el rol social de la mujer en casi todas las culturas ha sido mantener la economía del hogar, las relaciones personales, la cohesión de los intereses individuales… e incluso la gestión de crisis con temas de salud, decisiones económicas y la resolución de conflictos internos. Si extrapolamos esto al mundo empresarial, los beneficios son de alto impacto para las empresas y para la sociedad”.
A otras mujeres les diría: “Hay que tener resiliencia y confiar en nosotras mismas, estando conscientes de que, con optimismo y motivación, podemos superar cualquier reto que se nos presente. Los tropiezos son parte del camino al éxito”.