Afirma que a partir del trabajo duro se pueden vencer los retos y así lograr objetivos,  demostrando que cualquiera puede lograr metas extraordinarias. 

Thais Herrera, mujer pionera, la primera dominicana en haber alcanzado cinco de las siete cumbres más altas de cada continente; además, la primera también en haber esquiado en el polo sur. Su temple, humildad y constancia son ejemplo para todo un país. En esta edición, donde celebramos a la mujer, su liderazgo, logros e impacto, quién mejor que ella para protagonizar nuestra portada. 

 

Porque en la era donde se busca el logro inmediato y se ha perdido la capacidad humana de posponer la recompensa, Thais ha demostrado que solo con perseverancia, enfoque y trabajo duro se alcanzan las metas. Sus sueños parecen inalcanzables para una persona común, pero ella ha demostrado lo contrario, siempre enarbolando el tricolor dominicano a los cuatro vientos.

Durante nuestra entrevista le preguntamos si la reconocen en la calle, porque sus logros a todas luces trascienden: “Para mí es una satisfacción cuando alguien se acerca y me cuenta una anécdota o me escribe algo que hizo, motivado por alguna acción que yo tomé”, responde con humildad.

 

“Me sorprende mucho cuando me paran las personas en la calle, sobre todo los más jóvenes. Me dicen que les encantaría escalar conmigo o que quisieran escucharme cómo hago temas de trabajo en equipo. Me da mucha alegría y al mismo tiempo un poco de vergüenza, me sonrojo”, agrega entre risas.

 

En consonancia con su faceta de escaladora y montañista, es directora ejecutiva de su empresa Asertiva RD, firma con un historial demostrado de trabajo en la industria de capacitación profesional y educación al aire libre, así como en la creación de experiencias para el desarrollo personal, tanto para negocios como para adolescentes. 

 

 

Yo siento a la vez una gran alegría y responsabilidad cada vez que llevo mi bandera a distintas cumbres del mundo. Llevo mi insignia tricolor con mucho orgullo. La llevo en las manos, en el pecho, en mi mochila y en mi corazón. 

 

Yo soy una soñadora, y creo que la República Dominicana puede y debe ser mejor cada día, si las acciones de cada dominicano van enfocadas en eso, a través de pequeñas acciones. Y cada vez que alzo mi bandera en una cumbre, siento esos pensamientos más arraigados en mi corazón.   

 

 

 

Me motiva a seguir pensar en mi familia y en el deseo de llegar a la cumbre o el objetivo. En algunas ocasiones, manteniéndome atenta a lo que hago, practico juegos mentales. Algunos son de agradecimiento por cada kilómetro o tramo que recorro, otros de imaginarme en lugares que me hacen feliz, como me pasó en el Polo Sur donde mientras esquiaba 111 km a -30C en ocasiones llevaba mi mente hasta las más hermosas playas de mi patria amada. Me vi leyendo en Bahía de las Águilas, practicando Snorkel en Frontón y nadando en Playa Blanca, Punta Cana. Eso hizo que fuera más corto el recorrido.  

 

 

He recibido muchos consejos valiosos, tanto personales como empresariales. Pero si sólo he de elegir uno, pienso que los aprendizajes y consejos de mi madre serían definitivamente mi opción. De ella aprendí la importancia del trabajo honesto y del ahorro, a ser positiva y a amar y apoyar a mis hijos en sus sueños.

 

Mi madre es una mujer resiliente y una luchadora, aún a sus 80 años me acompaña a entrenar dos veces a la semana al gimnasio. Cada cual hace lo suyo, pero verla me inspira cada día. 

 

 

En Aconcagua, la cumbre más alta de América del Sur (y la montaña más alta fuera de Asia), me tocó devolverme en mi primer intento. Ir a esta montaña había significado grandes sacrificios en tiempo y dinero, y devolverme me regaló humildad. Las cosas a veces no se logran en el tiempo y forma que hemos planeado. Este fracaso me regaló a la vez un enfoque en superar obstáculos a través de prepararme mejor y regresar para poder escalarla en una segunda oportunidad.

 

En esa segunda oportunidad, no solo logré llegar a la cumbre, sino que conocí un equipo de personas maravillosas con quienes he escalado diversas cimas del mundo, y quienes ahora son mis hermanos de la montaña. 

 

 

En el 2006 surgen cambios en la multinacional donde trabajaba, y es ahí cuando decido empezar una firma de consultoría, project management y capacitación. 

 

Asertiva RD ha evolucionado en estos 18 años de trayectoria, hasta ser hoy un referente en Teambuildings y experiencial learning, a la vez de contar con conferencistas bajo el formato de Storytelling, que dan servicio a empresas e instituciones educativas nacionales e internacionales.

 

Nuestros clientes viven a partir de una historia real, una experiencia de equipo que permite fortalecer competencias conductuales y crear lazos que perduren entre sus colaboradores.

 

 

En mis conferencias cuento historias, mediante las cuales busco demostrar que las personas normales somos capaces de alcanzar nuestros sueños. Esto lo hago a través de aprendizajes que he ido acumulando en mi vida. Tengo historias para contar y no repetir, y mediante algunas metáforas, llevamos esto a conectar con personas y empresas.

 

Busco promover el logro de objetivos a través del trabajo honesto, en el cual se ponga pasión, esfuerzo y preparación. Llevo el mensaje de disfrutar el trayecto y vivir en el momento presente, cosas que actualmente damos por sentadas, en este afán de la gratificación inmediata. 

 

 

 

Definitivamente es una gran responsabilidad; sin embargo, siento que eso es algo que he ido practicando desde hace tiempo, al tratar de modelar valores para mis hijos, pues sé que ellos desde muy pequeños nos observan.

 

Al perseguir mis sueños, siento también que puedo servir para aquellos que dudan que las personas normales podemos alcanzar grandes cosas. Hay que trabajar para ello, no hay atajos, pero es posible lograrlo.

 

 

Me emociona ver cada vez mayor cantidad de mujeres en ámbitos que antes no eran tan comunes. Es definitivo que las mujeres hemos enfrentado numerosos desafíos y logrado importantes avances en diferentes áreas. 

 

La participación activa de mujeres en distintos roles como líderes o integrantes de equipos es un motor para las familias, empresas y la sociedad ya que se desempeñan como agentes de cambio, incorporando soluciones ingeniosas, siendo emprendedoras, maximizando el uso de recursos y poniendo su conocimiento al beneficio de la sociedad. 

 

 

Me encuentro preparándome para escalar en abril del 2024 el Everest, la montaña más alta del mundo, con 8,850 metros sobre el nivel del mar y unas temperaturas de -20C aproximadamente.

 

Tengo años de preparación, incluyendo mis dos últimas expediciones en Antártica y un Ironman que completé en noviembre pasado, mi sexto. Actualmente, estoy enfocada en trabajar fuerza y resistencia, a través de entrenamientos en el gimnasio y en las montañas locales. También trabajo la mente utilizando meditación, visualización y otros ejercicios específicos. 

 

La parte más difícil de la preparación es conseguir el apoyo empresarial para poder costear el reto. Estoy agradecida de las instituciones que son cómplices de este; sin embargo, para esta expedición aún nos encontramos buscando patrocinadores. A cambio de esto, existen beneficios para las empresas que participan, según los acuerdos a los que lleguemos.

 

Me encuentro confiada en que lograremos llevar la bandera hasta esta cima, por primera vez para una mujer dominicana.

 

 

Por el momento me encuentro enfocada en las cumbres del Everest, Oceanía y en el Polo Norte, aunque también me encuentro trabajando proyectos de contar historias, no solo la mía, sino otras que me parecen muy inspiradoras e importantes de contar. 

 

 

A las mujeres dominicanas les diría que es importante soñar en grande y prepararse para perseguir esos sueños. Es una responsabilidad personal el desarrollarse, y actualmente existen numerosos recursos para lograrlo. Y luego, que para alcanzar esos sueños se rodeen de personas que sumen a su vida, y que salgan a encontrar y escalar sus montañas, que son distintas a las mías, pero que cada una las tiene.