La felicidad laboral es esencial para promover el desarrollo personal y profesional

Mariángela Rossi es una figura prominente en el ámbito de la gestión del talento y la transformación digital. Se desempeña como Directora de BenchClub Panamá y Business Development Manager, un rol que la ha colocado en el centro de la innovación en la gestión de recursos humanos en un contexto altamente digitalizado. 

Con una formación académica sólida en Comercio Internacional y especializaciones en Customer Relationship Management y Felicidad Laboral, Rossi ha dedicado más de 15 años a la formación y capacitación de equipos en liderazgo de servicio. Su trayectoria también incluye la cofundación de Power Partners, una comunidad enfocada en el empoderamiento femenino y el desarrollo profesional, y su papel como Tedx Speaker, donde ha compartido su visión sobre la importancia del bienestar en el entorno laboral.

 
En BenchClub Panamá, esta exitosa profesional ha implementado estrategias innovadoras para atraer y retener talento, centrando sus esfuerzos en ofrecer una propuesta de valor clara y distintiva. En un entorno saturado de opciones, su enfoque ha sido destacar por cumplir promesas e innovar constantemente, creando un ambiente inclusivo y orientado al crecimiento tanto personal como profesional. Esta estrategia ha permitido que BenchClub Panamá no solo atraiga a nuevos miembros, sino que también mantenga un vínculo sólido y duradero con ellos.

En este sentido, Rossi también ha demostrado una habilidad notable para adaptarse a las nuevas tecnologías en la gestión de relaciones con clientes y desarrollo del talento. Su enfoque se basa en la integración de metodologías ágiles y el uso de datos precisos para personalizar estrategias, mejorando así la conexión con colaboradores y clientes. Esta adaptación es fundamental en un mundo donde la tecnología redefine constantemente las expectativas y necesidades.

Un aspecto central de la filosofía de Rossi es su compromiso con la felicidad laboral. Ella sostiene que la felicidad no es solo un concepto, sino una estrategia clave para la productividad en las empresas. En su experiencia, un enfoque en el bienestar comienza con un proceso de onboarding bien estructurado y la evaluación regular del clima laboral, adaptándose a las necesidades cambiantes de los empleados y fomentando un ambiente positivo y creativo.

Rossi también aborda la importancia de la inteligencia emocional en la gestión del talento y la estrategia organizacional. Ella argumenta que la empatía y la comunicación efectiva son fundamentales para construir equipos cohesivos y motivados. Su enfoque en la comunicación inteligente y la gestión emocional ha sido clave para superar desafíos comunes en la implementación de programas de bienestar emocional en las empresas.

Además, en sus conferencias y talleres, Rossi destaca las competencias clave que los líderes deben desarrollar en un mundo digitalizado, como el pensamiento crítico, la adaptabilidad y la capacidad de gestionar emociones. Estas habilidades son esenciales para enfrentar los desafíos del entorno empresarial actual y construir equipos efectivos y resilientes.

Mirando hacia el futuro, anticipa que las tendencias emergentes en la gestión del talento incluirán la adopción de inteligencia artificial, la formación continua y la priorización del bienestar integral de los empleados. Su enfoque en la flexibilidad laboral y la diversidad también será crucial para mantener la competitividad en un entorno en constante evolución.

 
En el contexto de un entorno digitalizado y competitivo, ¿cómo ha logrado usted implementar estrategias efectivas para atraer y retener talento en BenchClub Panamá?
En BenchClub Panamá, nuestra misión se centra en brindar un espacio donde Recursos Humanos también tenga una voz y sea escuchado. Este ha sido el punto de partida para crear una comunidad sólida y comprometida. Para atraer y fidelizar talento, nos enfocamos en una serie de estrategias integradas.

Primero, ofrecemos una propuesta de valor clara y distintiva que resuena con nuestros miembros. En el momento actual, en un mundo saturado de información y opciones, nos destacamos al cumplir nuestras promesas, innovar constantemente y ofrecer experiencias únicas que fortalecen el vínculo. Creemos que la clave está en hacer que las personas no solo quieran unirse a nuestra comunidad, sino que también deseen quedarse a largo plazo. Esto se logra a través de la creación de un entorno inclusivo, participativo y orientado al crecimiento personal y profesional. Queremos seguir multiplicando buenas prácticas y conocer lo que realmente le está funcionando a otros para replicarlo y adaptarlo. ¡Me encanta cuando mes a mes los encuentros superan las expectativas de todos y quedamos con ganas de más!


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      Usted ha trabajado extensamente en la gestión de relaciones con clientes y en el desarrollo del talento humano. ¿Cómo han evolucionado estas estrategias en su experiencia, especialmente en relación con las nuevas tecnologías?
En mi experiencia, la gestión de relaciones con clientes y el desarrollo del talento humano han experimentado una evolución, al igual que todo lo demás, especialmente con la integración de nuevas tecnologías. Aunque somos seres esencialmente relacionales, la tecnología ha llegado para quedarse, y es fundamental que la utilicemos a nuestro favor para fortalecer los vínculos tanto entre empresas y colaboradores como entre empresas y clientes.

Las estrategias han avanzado significativamente. Ahora podemos implementar campañas de comunicación masivas y efectivas, que no solo informan, sino que también conectan a un nivel más personal con nuestros públicos. El uso de metodologías ágiles nos permite ser más eficientes y adaptarnos rápidamente a las necesidades cambiantes que enfrentamos día a día.

Una de las claves del éxito en estas estrategias es la capacidad de escuchar activamente y responder a lo que realmente desean y necesitan nuestros colaboradores y clientes. Aquí es donde la tecnología juega un papel crucial, ya que nos proporciona datos precisos para medir y entender mejor estas necesidades. La capacidad de recolectar, analizar y utilizar datos nos permite personalizar nuestras estrategias y mejorar continuamente las relaciones que cultivamos. La tecnología nos ha dado las herramientas para ser más relacionales y efectivos en nuestras interacciones, y eso hay que seguir aprovechándolo. Solo hace falta recordar lo que era Recursos Humanos al inicio: un adjunto de administración, solo para nóminas y cumpleaños. Ahora se ha convertido en el socio estratégico de las organizaciones. Mi conferencia se llama: "Como si la gente importara". No puedo estar más convencida de que todo gira alrededor de lo que siente y quiere “la gente”.

 
Considerando su papel como Chief Happiness Officer y su enfoque en la felicidad laboral, ¿qué prácticas considera fundamentales para fomentar una cultura de innovación y bienestar en las organizaciones?

 La felicidad ha sido a menudo malinterpretada o subestimada, especialmente en el contexto organizacional. Sin embargo, un enfoque en la felicidad laboral es esencial para promover tanto el desarrollo personal como profesional, creando un ambiente de equilibrio y bienestar donde no haya lugar para el Sr. Burnout, el cual ha afectado a más del 71% de los trabajadores.

Considero que fomentar una cultura de innovación y bienestar comienza con prácticas clave en cada etapa de la experiencia del empleado. Desde el inicio, es vital seleccionar colaboradores que no solo cumplan con las habilidades necesarias, sino que también compartan los valores y la visión de la empresa. Esto ayuda a lograr un alineamiento cultural que, a su vez, facilita la integración y el compromiso.

Un proceso de onboarding bien estructurado que, desde el inicio, estreche lazos de confianza (desde el primer día) es crucial. He sido testigo de los resultados de un buen onboarding; esto no solo ayuda a los nuevos empleados a adaptarse rápidamente, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y disminuye el “síndrome del nuevo”. ¡Sí! Existe el síndrome del “nuevo” entre la expectativa del equipo, de los líderes y de la persona que llega a un nuevo cargo, y por ello la tasa de deserción temprana varía entre el 25% y el 30%.

Además, evaluar regularmente el clima laboral es fundamental. Nosotros hemos creado un nuevo instrumento llamado Pulso, porque cada organización tiene su propio ritmo, y esto nos permite identificar áreas de mejora y actuar proactivamente para mantener un ambiente positivo.

Más allá de las palabras, es fundamental implementar políticas inclusivas que promuevan la diversidad y la igualdad de oportunidades. Esto se refleja en acciones concretas que demuestren un compromiso real con estos valores. Por último, es esencial crear espacios y momentos para la creatividad y la innovación, donde los empleados se sientan seguros para proponer nuevas ideas sin miedo al fracaso, ya que esto es fundamental para el crecimiento continuo.

 
En su experiencia como conferencista internacional y facilitadora de talleres de liderazgo, ¿cuáles son las competencias clave que deben desarrollar los líderes para gestionar equipos de manera efectiva en un mundo cada vez más digitalizado?

 En mi experiencia como conferencista y facilitadora de talleres de liderazgo, una competencia fundamental para cualquier líder es la convicción de querer hacerlo bien. Esta actitud de compromiso y deseo de mejora continua es la base sobre la cual se construyen todas las demás habilidades. Para mí, dictar una conferencia va más allá de 20 minutos de “hablar lindo”. Son espacios de reflexión, donde se debe generar una chispa de cambio de comportamiento y de conducta, y todo está arraigado a las ganas que le imprimimos a querer hacer las cosas de una manera diferente, que genere resultados esperados o mejor de lo esperado.

El liderazgo en un mundo cada vez más digitalizado requiere una combinación de competencias técnicas y humanas. Primero, es necesario desarrollar el pensamiento crítico. En un entorno saturado de información, la capacidad de analizar datos y tomar decisiones es determinante. No se trata solo de tener acceso a la información, sino de saber cómo utilizarla de manera efectiva para el bien del equipo y de la organización.

Además, sabemos que la gestión emocional se ha vuelto vital. Los líderes deben ser capaces de gestionar sus propias emociones y las de los demás para impulsar relaciones positivas y, por supuesto, más productivas. Esto incluye habilidades como la resiliencia, la persistencia, la compasión y la comunicación efectiva, que son los ingredientes mágicos para construir equipos cohesivos y motivados.

La adaptabilidad es otra competencia crucial, especialmente en un mundo en constante cambio tecnológico. No nos encantan los cambios, al menos a nuestra generación X. No somos tan abiertos, pero nos toca aprender a surfearlos. Hoy en día, los líderes —y no solo los líderes, ¡todos!— debemos estar dispuestos a aprender y adoptar nuevas tecnologías, manteniéndonos al día. Vuelvo a recordar que la tecnología debe ser una herramienta que potencie nuestras capacidades y no algo que nos controle o nos reste.

Los líderes efectivos rodeados de digitalización son aquellos que combinan una fuerte voluntad de mejorar con habilidades críticas, emocionales y tecnológicas, creando así equipos robustos y adaptativos que pueden enfrentar cualquier desafío.

No quisiera culminar esta respuesta sin mencionar la importancia de la convivencia entre generaciones. Estamos viendo muchísimo esto dentro de las organizaciones: las brechas y los sesgos. Esto es necesario trabajarlo con la urgencia que amerita.

Usted ha estado involucrada en procesos de coaching y facilitación de habilidades esenciales. ¿Cómo equilibra el desarrollo de habilidades técnicas con el crecimiento personal y emocional de los empleados?
En mi experiencia con coaching y facilitación, creo firmemente en la importancia de equilibrar el desarrollo de habilidades técnicas con el crecimiento personal y emocional de los empleados. Aunque las competencias técnicas son obviamente necesarias, el verdadero potencial de un individuo se alcanza cuando también se desarrollan las habilidades interpersonales y emocionales. Y para muestra, un botón (como dice el dicho): estamos viendo, por un lado, la mayor tasa de desempleo y, a la vez, la mayor tasa de vacantes en las organizaciones debido a la escasez de talento que existe.

Un enfoque integral considera que somos seres complejos que requieren todo a la vez: conocimientos técnicos y habilidades blandas. Por lo tanto, en mis procesos de coaching y mentoring, así como en todo lo que hago, siempre destaco el desarrollo de habilidades técnicas al mismo tiempo que impulso el crecimiento personal y emocional. Así, aseguro que los empleados no solo sean competentes en su trabajo, sino también resilientes, comunicativos y emocionalmente equilibrados. No somos profesionales y luego padres, y luego seres humanos y luego hijos, y luego esposos... ¡somos todo! Somos seres humanos en miles de roles a la vez.

¿Podría compartir un caso de éxito en el que haya observado una transformación digital significativa que haya impactado positivamente en la gestión del talento y el desarrollo de la cultura organizacional?
Hace algunos años, trabajé en una empresa grande donde formamos parte de una transformación digital significativa, la cual impactó positivamente en la gestión del talento y el desarrollo de la cultura organizacional. Este proceso incluyó a empleados de todos los niveles, desde los más jóvenes hasta la junta directiva, y los resultados fueron increíbles.

Uno de los aspectos más destacados de esta transformación fue la creación de una Universidad Corporativa y el desarrollo de nuevas gerencias que antes no existían. Implementamos sistemas avanzados de gestión de datos, lo que nos permitió una mejor toma de decisiones y una mayor alineación entre los objetivos individuales y los objetivos globales de la empresa.

La transformación cultural llevó a que todos en la organización entendieran y compartieran un objetivo común, más allá de lo individual.

He visto muchos cambios, pero este, por ser uno de los primeros, fue tan profundo que, para mí, es parte de mi historia personal.

En su opinión, ¿cómo puede la inteligencia emocional contribuir a una mejor alineación organizacional y al desarrollo de una estrategia competitiva en el entorno empresarial actual?
Yo creo que hoy en día tenemos muchas modas, y una de ellas es la inteligencia emocional. No nos habíamos preocupado por hablar de lo que sentimos, mucho menos de cómo percibimos la vida, y aún menos de necesitarlo dentro de las organizaciones.

Es increíble el salto gigante que hemos dado en este tema y que al final hemos entendido que esto es primordial: saber que hay emociones, además de reconocerlas y gestionarlas en pro de un mejor resultado. No es nada fácil parar en medio de una rabia y decir: "¡Tengo rabia!" y quedar como un espectador mirando la situación y entender por qué me siento así. ¿Hay algo que he vivido antes que me está recordando cómo reaccionar? ¿Realmente es rabia? Es muy interesante este tema. No hay emociones buenas ni malas; las necesitamos todas. Todas nos llevan a accionar en determinados momentos. ¿Es una estrategia competitiva? ¡Por supuesto! La mejor de las estrategias. Hacer el stop, por complejo que sea, y digerir lo que está pasando para determinar cuál puede ser la mejor opción y volver a revisarla no tiene precio.

Dado su rol en TalentosaMente, ¿qué desafíos comunes ha identificado en las empresas al intentar implementar procesos de gestión del talento que integren el bienestar emocional de los empleados?
Hay muchos desafíos, pero hemos avanzado, y de eso se trata: de ir caminando y evolucionando. Los más comunes al integrar el bienestar emocional en la gestión del talento incluyen la resistencia al cambio, que ya hemos mencionado en otra de las preguntas. El mindset es sumamente importante, y ese mindset de crecimiento hay que robustecerlo; se entrena como el músculo en el gimnasio, y esa es una buena noticia. 

Además, las empresas a menudo enfrentan limitaciones de recursos y dificultades para justificar la inversión en estos programas. La estigmatización del bienestar emocional y una comunicación interna insuficiente también pueden impedir que los empleados busquen ayuda. 

Por eso, la data es la mejor aliada; ya podemos saber y cuantificar el impacto que tienen las capacitaciones. Para mí, sigue siendo un desafío que los dueños de empresas familiares no crean en desarrollar a los empleados y piensen que eso solo es para “algunas” organizaciones transnacionales, o que lo vean como un gasto en lugar de la mejor inversión de sus vidas. Otro desafío es que la capa de C-suite llega sin realmente estar preparada, y eso es una desventaja, porque son los que deberían potenciar las habilidades del equipo.

 
Desde una perspectiva de liderazgo humanizado, ¿qué lecciones ha aprendido sobre la importancia de la empatía y la comunicación efectiva en la gestión del talento y la innovación organizacional?
Yo creo en la empatía, que consiste en ponernos en los zapatos de los demás, eso se llama compasión. Se nos olvidan nuestros desafíos, se nos olvida cómo los superamos. No podemos ponernos en los zapatos de otros si los nuestros no nos sirven. Somos expertos en autosabotearnos; la verdadera empatía es cuando somos capaces de mirar lo que nosotros hemos vivido y, desde ahí, tener compasión y cercanía con los demás. 

Esto es la regla número uno para gestionar talento, de la cual se deriva la coherencia, que para mí es comunicación inteligente. ¿Comunicamos desde dónde? Hablamos tanto de comunicación y sigue siendo el primer problema dentro de las organizaciones: equipos que no tienen claridad, no hacen planes estratégicos, equipos que no se reúnen, que no tienen objetivos claros. Si no tenemos esto, ¿cómo lo transmitimos?.