Reinventando negocios... construyendo nuevas realidades
La pandemia ha dejado un camino de experiencias que nunca se pensó que tocaría vivir: incertidumbre por el entorno económico, el rumbo de las organizaciones, estrés ante la realidad, temor por el contagio, trabajar en casa de la noche a la mañana y muchas veces sin estar preparados, pérdidas de familiares o amigos, enfermedades que se generaron a personas aun cuando ya estaban recuperadas, entre otros; pero también está dejando lecciones: que lo más importante es la salud, que el tiempo es irreversible y que la familia es el principal apoyo, que los abrazos y el contacto generan un alto impacto en la vida, que los amigos son esenciales y que la libertad era algo que no valorábamos tanto, pero cuando fue “obligatorio” estar en casa, añoramos esa sensación de libertad, el placer de viajar y disfrutar de los lugares que antes parecían comunes.
Así como dejó estas experiencias en materia personal a las organizaciones también mostró un enfoque diferente, pues la mayoría cuenta con una estrategia, objetivos previamente estructurados y ante la realidad tocó cambiarlos rápidamente, la modalidad de trabajo pasó a ser virtual, mixta o presencial dependiendo del rubro, se ha brindado apoyo y cuidados a los colaboradores incluyendo todas las medidas de seguridad necesarias para evitar contagios y buscar la manera en que como organizaciones pudieran seguir operando, mantener una fuente de empleos, adaptarse rápidamente a cambios y a continuar en un escenario completamente diferente y entornos cambiantes.
Si pudiéramos hacer énfasis en cuatro aspectos que como organizaciones nos deja la pandemia, podríamos retomar estos:
- Innovación: Este concepto que no abarca solamente a empresas de tecnología, que era un poco la manera en cómo lo percibíamos poco antes de la pandemia y dejábamos la innovación para unos pocos sectores. La realidad de ahora aplica para casi todos los sectores y cuando se habla de innovación en las organizaciones se trata de la búsqueda constante de encontrar la manera de hacer las cosas diferentes, motivar a que las personas en los equipos de trabajo participen, que opinen y que se sientan involucradas aportando ideas o sugerencias, pero sobre todo que se reconozca a las personas que brindan esas ideas o sugerencias porque muchas de ellas ayudan a mejorar procesos o procedimientos, ayudan a desarrollar productos o servicios, ayudan a la disminución de costos o gastos, o ayudan a brindar un mejor servicio al cliente, en este entorno tan cambiante el desarrollar una ventaja competitiva a través de la innovación se vuelve fundamental, la pandemia ha enseñado que las estrategias hoy en día son cambiantes y que pueden existir muchas maneras diferentes para ejecutarlas, pero solamente en la medida en que se involucra a los colaboradores se puede adaptar de la mejor manera toda la organización a estos cambios.
- Equilibrio de vida y apoyo: La pandemia que ayudó a valorar más la salud y la familia, deja a su paso procesos y prácticas más cercanos, mucho más enfocadas a las necesidades de los colaboradores, como ejemplos tenemos prácticas que van desde cuidado de la salud con seguimientos médicos, kits de medicamentos para los colaboradores y sus familias, apoyo psicológico y emocional, a veces con detalles tan valorados como llamadas para preguntar por la salud de los colaboradores, actividades para mantener una vida activa a través de mecanismos virtuales con clases de yoga, zumba, entre otras. Se han ideado actividades para gestionar el equilibrio en los horarios, para que las jornadas no fueran tan extensas y equilibrar cada vez más las cargas de trabajo, muchas prácticas fueron muy creativas e incluso las hicieron extensivas a las familias de los colaboradores, a estas prácticas acompañaron el interés de las organizaciones y la búsqueda de poder retribuir de la mejor manera e impactar a la sociedad, no solamente con donaciones, o con actividades de Responsabilidad Social Empresarial, lo hicieron también y de manera muy creativa y alineada al entorno con campañas de concientización a proveedores y clientes para cuidar su salud, para guardar la distancia, evitar el contagio y lo que buscaban es la manera comunicar mejor la situación para intentar en la medida de lo posible el disminuir los contagios en los diferentes países.
3. Desarrollo del capital humano: Se ha podido identificar muchos talentos en las organizaciones, las organizaciones aprendieron a buscar mecanismos para continuar con el fortalecimiento y desarrollo de competencias alineadas a los nuevos retos, y encontraron diferentes mecanismos para seguir gestionando el talento humano aún en tiempos de retos, pero uno de los aspectos que vale la pena destacar es que parte de este desarrollo se dio a lo interno, pues se ha iniciado a generar conocimiento a lo interno, a desarrollar equipos multidisciplinarios, y entrenamientos cruzados. Sumado al acompañamiento en capacitaciones, talleres, y todos los recursos disponibles.
4. Nuevo liderazgo: Un nuevo estilo de liderazgo ha surgido y se percibe más cercano a pesar de la distancia porque se ha encontrado la manera de estar “lejos pero cerca” de los equipos y se ha hecho de diferentes maneras, se ha desarrollado un poco más el ser auténticos y empáticos y se ve hasta en detalles como antes de preguntar por el resultado comenzamos a preguntar “¿Cómo éstas? ¿Cómo está tu familia?”. El líder ve un poco más allá de la vida de sus equipos y esto ayudó a aterrizar que las personas no son simplemente “empleados” y ahora si se puede decir con propiedad que los líderes conocen un poco más de la vida personal de los integrantes de sus equipos. Cuando se trataba de comunicación, los líderes lo hicieron de manera genuina sin ocultar muchas veces la situación real de la organización aunque a veces las noticias no eran positivas, aprendieron que: ser auténticos ayuda a que las noticias buenas o no tan buenas se interpreten mejor, que generar equipos más ágiles apoyándose de todos los recursos digitales a disposición ayuda a ser más eficientes y que los equipos se adapten rápidamente a los cambios, los líderes aprendieron a reconocer el esfuerzo extra o la “milla extra” porque muchas personas trabajaban más de 8 horas para poder cumplir con los objetivos, porque el trabajo en casa se volvió más absorbente, pues la familia y el trabajo se volvieron uno solo, el generar un entorno para que el colaborador perciba que su trabajo no es una “condición” es algo que disfruta donde se genera satisfacción, porque se logró conectar a los colaboradores a la misma dirección; son algunas de las competencias que se fortalecieron como líderes.
Ahora bien, estas cuatro fortalezas son importantes y no se deben de perder de vista pues la pandemia sigue presente, pero independientemente siga o no presente dejan un gran aprendizaje y ayudarán a crecer a las organizaciones, porque ser un buen lugar para trabajar se construye a través del fortalecimiento de las relaciones basadas en la confianza que el colaborador percibe con los líderes en la organización, en la medida que se disfruta con el equipo de trabajo a través del compañerismo, sintiendo orgullo por el impacto que tiene la organización en la sociedad y por lo que se hace. A través de esto buscamos impactar primero al colaborador, quien a su vez impacta de manera positiva los resultados de negocio y de esta manera, no solamente generamos un buen entorno para el colaborador si no también construimos un mundo mejor para TODOS!