El Escenario Político Dominicano
El sistema político del país se fundamenta en una democracia representativa con un fuerte arraigo presidencialista, como la mayoría de los países de América Latina. Cuyas instituciones se robustecen para bien o para mal, del sistema de partidos políticos imperante. Su ciudadanía respira, conversa y vive con pasión la política durante los 365 días del año, como consecuencia, las operaciones económicas de alto impacto están relacionadas, directa e indirectamente, a conversaciones políticas.
Actualmente el presidente de la Republica Danilo Medina está en su segundo mandato,luego de modificar la Constitución para aspirar a la reelección, una práctica realizada en otras ocasiones por sus antecesores. Los efectos a corto y mediano plazo conllevan a un resquebrajamiento del partido político oficial, ante el costo político de ejecutar la modificación. En el 2002, el partido que para entonces gobernaba (PRD), sufrió una división interna, ocasionando la derrota de la reelección del entonces presidente. En el caso del PLD, actual partido de gobierno, la reelección fue posible con un alto porcentaje de apoyo al presidente. Sin embargo, actualmente existe una confrontación interna para el control del partido, con perspectiva a la candidatura para el 2020.
El análisis situacional actual cuenta con una variable de plus valor debido a la encuesta publicada por una firma reconocida. Es preciso señalar que las encuestas son fotografías de momentos que requieren investigaciones y análisis complementarios. En este caso, detallaremos la perspectiva ciudadana cuyos resultados recomiendan realizar otras investigaciones, que profundicen en variables que permitan desarrollar correctivos necesarios.
Partido de la Liberación Dominicana PLD
Es el partido oficial de gobierno. Durante la elección del 2016 se mostró cohesionado a pesar de las diferencias internas con respecto a la reelección. Al lograr la victoria, inmediatamente, las distintas facciones iniciaron una campaña por fijar la agenda política. El grupo del actual presidente se debate entre promover la reelección de Danilo Medina o apoyar algunas candidaturas. En el otro lado del ring, se presenta Leonel Fernández, expresidente y actual presidente del partido. Lo curioso con respecto a las dos grandes figuras, es que, a la fecha de este artículo, ninguno ha anunciado su aspiración al 2020.
A más de 700 días de la próxima cita electoral, las limitantes constitucionales de la posible reelección, aunado a la confrontación de los equipos de los dos líderes del PLD, se traducen en la oportunidad para que otros líderes se asomen como opción para llevar la banda presidencial. Según la encuesta, se muestra simpatía por cuatro alternativas representativa pero no vinculadas a ninguno de los Presidentes: 1) Margarita Cedeño de Fernández, actual vicepresidenta, 2) el alcalde de Santiago Abel Martínez, 3) el ministro de ambiente Domínguez Brito y 4) el presidente del Senado Reinaldo Pared Pérez, entre otros. Solo dos de ellas se mueven con cierta autonomía dentro de la simpatía, pero limitadas a la decisión de los dos jerarcas del partido.
Partido Revolucionario Moderno PRM
La recién celebrada convención nacional para elegir las autoridades del partido, es un acertado movimiento que permite dar legitimidad en un ejercicio electoral práctico. Parece el inicio de un proyecto con verdadera ambición de poder, que antes no tenían. La nota discordante ha sido la desorganización que, a dos años de la verdadera cita electoral, permitiría corregir para alcanzar la tan anhelada victoria. No hay dudas del liderazgo que ostenta Luis Abinader, pero insuficiente para manejar el partido, para eso ha contado con el apoyo del expresidente Hipólito Mejías. Esa articulación entre ambos es necesaria para el equilibrio de poder y funcionamiento del partido, tomando en cuenta a los no alineados. Una estructura de un partido incipiente que requiere del concierto y disciplina de sus militantes, que no debe descuidar para no generar descontentos que pueden abrir paso a otras figuras como el alcalde del Distrito Nacional, Collado, quien no ha asumido una postura frontal como líder del partido, pero cuyo accionar pudiera tener resultados interesantes.
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PRD - PRSC
Los conflictos y la sombra de Balaguer no han permitido crecer al Partido Reformista Social Cristiano, la disputa por el liderazgo del partido, las alianzas por lograr el poder y la ausencia de un proyecto lo han limitado a ser una bisagra. Ha sido la pieza que construye el rompecabezas para lograr el poder o beneficiarse de la misma. Uno a uno, sus líderes quedan en la memoria de lo que pudo ser, pero aunque pareciera tener la fuerza que alguna vez lo llevo a ser un gran partido de masas, esta aparenta estar dormida.
El Partido Revolucionario Dominicano acaba de lograr acompañar a un gobierno luego de 12 años de no participar en posiciones de poder. Esa situación parece haber incidido en la ausencia de un proyecto de partido. La desconexión se ha hecho sentir y aunque el liderazgo de Miguel Vargas Maldonado no es puesto en duda, no hay un proyecto presidencial propio, al menos no visiblemente. Su accionar puede conllevar a la reconstrucción de una estructura con vocación de poder.
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¿Sangre Nueva o Antisistema?
Los bajos niveles de credibilidad del sistema de partidos, de gobierno y del sistema de justicia, han abierto las puertas a otros dirigentes con vocación de conformar partidos. El caso de Guillermo Moreno con Alianza País y Milton Morrison con País Posible, son algunos de los tantos líderes que asoman su opción presidencial con alguna valoración en las investigaciones. Sin embargo, el antisistema que empieza por capitalizar el descontento, como el caso de Karim Abu Naba y Ramfis Domínguez Trujillo ameritan una mención. Este último, con poco tiempo de incursionar en la política, ha logrado capitalizar el descontento, apareciendo como figura presidencial pese al gran rechazo que genera su apellido. Es menester señalar que Republica Dominicana es una de las economías de mayor crecimiento sostenido en la región, cuya cifra al 2017 fue de 4.6%, un descenso con respecto al promedio de crecimiento establecido en los últimos 25 años en un 7.1%. Los indicadores económicos nos plantean una estabilidad que soporta lo político, creando condiciones para ser atractivos al mercado.
Sin embargo, descuidar ese sentimiento de frustración en la población, la no representación en los poderes fácticos y la desigualdad social puede encaminar a procesos a mediano y largo plazo de rupturas dentro del sistema de partidos. Abriendo una caja de pandora de resultados disonantes que puedan afectar la estabilidad. Esa alerta no es solo para el sistema de partidos, sino a los factores de poder que han abandonado la agenda pública, relegando el rol de la ciudadanía organizada, los empresarios y las organizaciones no gubernamentales. Es necesario la articulación de estos actores para generar debates, iniciativas, reflexiones y acciones para fortalecer a la democracia y sus instituciones.
La gente quiere más temas sobre Salud, Educación y Asistencia a la Pobreza.
La democracia no es una receta mágica de funcionamiento solo por expresión del voto popular, es una construcción en la que cada ciudadano nacional o extranjero aporta un grano a la confianza de un sistema que para nada es perfecto, pero si es perfectible. La discusión de lo público no queda en manos de la política y cada proyecto empresarial debe contar con un mapa de poder, análisis prospectivo y situacional para desarrollar su plan estratégico. Inversión que debe estar acompañado de proyectos de Responsabilidad Social Empresarial para asegurar la rentabilidad y sustentabilidad de su empresa.